miércoles, 27 de junio de 2007

Me siento en Hollywood

Me reclamaron por lo profundo de la foto anterior donde un Stormtrooper desataba la fuerza (lado oscuro, por supuesto); así que esta foto está claramente relacionada a lo que contaré, por lo que comienzo explicando de a poco.

Tengo un placer culpable. En realidad varios, pero aquí contaré uno: me gusta mucho la película "El Diablo viste a la moda" (The Devil wears Prada), la bajé en de-ve-dé y quizás hasta me la compre y qué tanto, ah?. No soy mariconcito ni nada, pero me entretiene demasiado la película, la protagonista me provoca ataques de Taldo de tanto que me gusta, me río mucho, etc. El asunto es que el papel de Meryl Streep en esa película, es Mr. Jefe con ovarios. Hay días en que repite las mismas líneas de la película y es muy gracioso, pero si le explico la talla a algún compañero de trabajo lo más seguro es que me lleve un empujón y una patá-en-la-raja.

Próxima entrada del Blog: Tengo discos de Christina Aguilera.

viernes, 22 de junio de 2007

Cuando un extraño llama

Uno de esos viernes que parecieran juntar todo el trabajo de la semana para el último día (bueno, de hecho a veces pasa así porque Mr. Jefe no organiza bien las cosas) me llama un amigo para salir a tomar algo. "Genial", así me preparaba para la sesión de cine que se venía el sábado con unos amigos. Era un finde que comenzó con lo que en aerodinámica se denomina "hecho una goma".
En el segundo trago de ese viernes en la tarde/noche recibo una llamada a mi celular (móvil, teléfono portátil, cel, ladrillito) de un número que no conocía. Siempre contesto las llamadas de números que no conozco, encuentro entretenido no saber quién llama (así que si me hacen pitanza les resultará sin duda.) Craso error. Era Mr. Jefe para decirme que me necesitaban urgente el sábado en la oficina, porque había un trabajo que entregar el lunes sin falta. Por supuesto que no se entregó el lunes. Por supuesto que no pude ir a la reunión de cine del sábado. Por supuesto que me pagó poco por las horas extra. Por supuesto que no pudo haber sido peor momento para recibir esa owneante noticia de finde.

Mi vida tiene un tantito de película de Ben Stiller.

martes, 19 de junio de 2007

Debe ser muy inteligente


Creo no exagerar al decir que no he conocido una persona más amargada. Le encanta estar deprimido, a oscuras, con problemas y solo. Lo realmente triste es que transmite sus ondas depresivas a los demás, tanto que dejó con los ojos brillositos al borde de las lágrimas a un tipo de 40 y tantos años en su sesión de regaño bisemanal *. La verdad me dio pena y rabia la situación.

Ahora que veo de reojo "La guerra de los mundos" en Cinecanal, se me ocurren algunas armas para mandar a construir cuando me gane el Loto y librar al mundo de Mr. Jefe.

(*) Si no sabes de qué hablo, no has leído este Blog por completo, holgazán del ass.

sábado, 16 de junio de 2007

Cuentecillo de hadas


Ayer llegué tempranito a la oficina. Apenas abrí la primera puerta sentí un aroma a frutos silvestres. Seguí caminando y vi pasar volando alegremente un querubín a potito pelado tocando un arpa. Un par de hadas vinieron volando, me quitaron el abrigo y lo colgaron del perchero. Animalitos del bosque jugaban a la ronda con mis compañeros de trabajo. El feje andaba de viaje.

Fue increíble cómo cambió el ambiente de trabajo. Nadie tenso, todos de buen ánimo. Juraría que hasta el computador me sonrió y me guiñó un ojo.

martes, 12 de junio de 2007

¿Leyó el Blog y se apiadó?


Debo reconocer que el comienzo de esta semana no fue tan terrible como siempre, pero quizás influye que el viernes despidió a un compañero de trabajo y le bajó el sueldo a otros tres; puede que le haya subido el ánimo, no sé.

Un lunes normal es cuando todos llegan, lo saludan de lejos y él responde calladito "buenos días..." hasta que llega el último y entonces estoy casi seguro que se debe reír un poquito "jejeje..." y comienza a bramar sistemáticamente contra todos: "Mr. M, qué pasa con el cheque, hueón? ¡¿Llamaste?!; Mr. P, ¡¿hasta cuándo tengo que decirte que tienes que ir en la mañana a esa oficina?!; Mr. F, necesito soluciones, ¡¡SO-LU-CIO-NES!!; SilentGil para cuando tienes listo eso? ¡No le dé más vueltas!".

Por lo menos tomo mucho café gratis.

domingo, 10 de junio de 2007

¿Estaré en una "cámara escondida"?

Hace un mes soñé que le pegaba. Se sentía bien. Lo divertido fue que al llegar al trabajo y comentarle de mi sueño a un par de compañeros, no se rieron como yo esperaba que hicieran; sino que me dijeron "yo soñé lo mismo hace un tiempo", "yo también".

Mr. Jefe debe tener 60 años, de los cuales por lo menos 50 ha estado enojado. Es delgado, no come casi nada (mi teoría es que se alimenta de las malas vibras.) Lo he visto sonreír, pero sólo para usar esa mal dibujada sonrisa como un sarcasmo cuando está regañando a alguien. Y me ha regañado por trabajar rápido; o sea, qué lógica se puede esperar de alguien así.

El día que me fui a entrevistar para el trabajo fue amable, pero sin llegar a caer bien. Hablamos de tiempos de trabajo, labores y por supuesto del sueldo. Pero de a poco fue mostrando su verdadera faceta. No ha cumplido con nada aún: no tengo contrato y no me paga lo que acordamos. La pregunta obvia: ¿por qué sigo ahí?; la respuesta obvia: Porque no he encontrado otro trabajo.

Un día típico sería llegar a las 08:10 (sí, me atraso a veces jaja), saludarlo de lejos al entrar a las oficinas (porque no le gusta dar la mano ni que lo saluden), esperar a ver si devuelve el saludo o no (aún no descubro de qué depende esto), me voy a mi lugar de trabajo y espero a que me llame; no por mi nombre, sino que por un "eeeeeh..." como si no recordara mi nombre. A las 12:00 comienzo a programar en qué momento me daré 15 minutos para comer mi almuerzo, dependiendo de una ventana en el trabajo. Entre las 08:00 y las 17:00 escucho cómo maltrata psicológicamente a mis compañeros de trabajo Mr. P y Mr. M. Hay veces que su señora lo va a ver a la oficina; si le devuelve el saludo, lo hace solamente con el apellido de ella. A eso de las 18:30 me preparo para partir a mi casa, aunque eso varía entre 18:00 y 19:30. Me despido de lejos (exacto, no le gusta dar la mano) y me voy. A veces pienso que estoy en una cámara escondida y todo este tiempo ha sido una broma de un canal de televisión; o que estoy en un reality show donde hay que soportarlo y el premio se lo lleva quien no le pegue.

Cada dos semanas nos reúne en su oficina para regañarnos por algún motivo injustificado. La última vez dijo algo como "yo sé que ustedes no pueden vivir con lo que les pago, así que deben tener otros negocios, entonces traigan esos negocios para acá". ¿No será muy descarado?. El tipo no sabe llevar su empresa, todos lo sabemos. Pero nadie se atreve a decirle nada, ni siquiera un tipo de 50 años, porque nadie hasta ahora tiene algo mejor donde trabajar.

Insisto: se alimenta de las malas vibras. Le gusta estar deprimido y no soporta ver alegre a la gente. Apaga las luces en las demás oficinas porque según él le llega luz hasta su oficina y le molesta, entonces más de una vez de un día nublado en la mañana trabajo en penumbra. Hace unos días nos íbamos de la oficina algunos compañeros y esperábamos a uno que pasó al baño. Conversábamos cosas triviales y nos reíamos. De la nada Mr. Jefe sale de su oficina contigua y nos grita "Mr. P, mañana temprano! Mr. M, no llegue tan temprano, el horario de llegada es a las 08:00, no a las 07:30! SilentGil, el horario de llegada es a las 08:00, no a las 09:00!". Le digo "nunca he llegado pasadas las 08:15", pero él ya alejándose me dice "ah, sí??" y termina la conversación con un portazo en su oficina.

Al comienzo pensaba "quizás yo soy el poco tolerante porque no he tenido muchos jefes", pero un compañero de trabajo de 40 años me dice "wn, he tenido muchos jefes en mi vida, pero ninguno como Mr. Jefe". Entonces sé que no estoy tan equivocado al dedicar parte de mi poco tiempo libre desahogándome del monstruo que tengo por jefe escribiendo en este Blog, que por cierto está abierto a relatos de otros Jefes Monstruos para que nos tomemos la frustración laboral con humor y no nos dejemos caer en el lado oscuro del trabajo.